Bolsa de Nueva York en 1929
La actual situación que vive nuestra economía, y el país en general, afecta en toda su extensión no sólo a las grandes empresas, sino tambien a las medianas y pequeñas empresas. No sólo incide sobre las pequeñas y mediadas empresas su situación en particular, sino tambien, lo que podríamos llamar un “efecto dominó”, respecto de las grandes. En muchos casos las PYMES son proveedores de las grandes empresas, y se ven afectadas tanto en su cuenta de resultados, como en su tesorería, por los problemas que sufren las grandes empresas. Esto produce un descenso en las ventas por la caida de la contratación y tensiones de tesoreria por la falta de pagos de clientes grandes, o aplazamientos a muy largo plazo.
Esto produce no pocos “quebraderos de cabeza” al pequeño y mediano empresario, para poder soportar la situación. Por ello para aliviar los síntomas de la crisis, existen algunas recetas, que por obvías, es conveniente recordar:
1.- Controlar la morosidad. Es importante llevar a cabo un estricto control de los clientes en cuanto a quién se le vende, que crédito se le concede, que garantías nos aporta. Conocer su historia, antecedentes, consultar a los bancos con los que trabaja, y no conceder largos plazos para el pago de las facturas. Es importante facturar en fecha, recordar al cliente el vencimiento, comprobar que ha recibido la factura, preguntarle por las fecha de pago, etc…
2.- Realizar un plan de tesoreria. Es importante anticiparse. Confeccionar un plan de pagos a proveedores, empleados, amortización de deudas, pagos de impuestos, …, para con ese plan ajustar al máximo los cobros y los pagos.
3.- Amortiguar la caida de las ventas. Si en un determinado sector o actividad (inmobiliaro, automóviles, muebles, electrodomésticos, …) las ventas caen de manera alarmante, o lo hacen de una manera paulatina, pero continúa, el empresario tiene que comenzar a pensar en diversificar su negocio, abriendo nuevas areas o desarrollando aquellas que son rentables o le generan mayores ventas.
4.- Reestructuración. Si a pesar de elaborar un plan de desarrollo o diversificación del negocio de la empresa, las ventas no mejoran, o al menos no se mantienen, hay que pasar al siguiente estadio, “la reestructuración”, esto es pensar en el cierre, venta o amortización de centros de producción que no son rentables para la empresa.
5.- Venta de activos. Otra opción es la venta de activos que puedan aportar liquidez a la empresa, el inconveniente es que los mas rentables para su venta pueden ser los más necesarios para el nucleo principal del negocio.
6.- Despios objetivos. A través de la extinción de contratos de trabajo del personal se puede obtener una mejoría en la cuenta de resultados de la compañía, pero esto hay que estudiarlo a fondo, pues a veces el despido de los trabajadores que desempeñan las tareas fundamentales en la empresa, puede acarrear el colapso de la misma.
Si a pesar de todo esto el “enfermo no mejora” se puede acudir a otro tipo de soluciones como son la venta de la empresa, la fusión con otra del mismo u otro sector o el concurso judicial.